Proceso de granallado: capacidad, calidad y precisión en una máquina

Trabajar para la industria metalmecánica requiere de procesos, máquinas y materiales que otorguen la máxima precisión y calidad en sus proyectos. Uno de los métodos más precisos es el proceso de granallado. Sin duda, un trabajo fundamental para el uso correcto del acero y en este artículo te explicaremos por qué. Antes, es importante entender en qué consiste dicho proceso.

¿Qué es el granallado?

Es una técnica de limpieza usada para eliminar el máximo de materiales contaminantes que puedan estar presentes en un elemento o una pieza de acero como óxidos, pinturas, grasas, entre otros.Se trata básicamente del disparo de pequeñas partículas de acero a alta presión para impactar en la pieza que se desea limpiar. Dicha presión es tan fuerte que es capaz de darle rigurosidad a la superficie contra la que golpea al tiempo que elimina contaminantes como el óxido, pintura u otros residuos. 

¿Cómo funciona el proceso de granallado?

Para entender cómo funciona es importante saber lo que es la granalla, conocida como abrasivo. Se trata de pequeñas partículas de acero (pequeñas esferas) que provienen de la fundición del mismo material. Estas partículas son expulsadas por la válvula de disparo con dirección a la superficie a tratar.

La fuerza del abrasivo al golpear la superficie hace que elimine los materiales contaminantes. La granalla sobrante se vuelve a recolectar por el canal de recuperación y podrá ser utilizada después. Las partículas contaminantes son eliminadas mediante un recolector de polvo.

Es así como las estructuras en acero pasan por la máquina granalladora Kaltenbach y salen del lado contrario totalmente limpias y con rigurosidad. Estas dos características son las más importantes y son las que se mencionan a continuación.

Objetivos del proceso de granallado: limpieza y rigurosidad.

Para entender mejor este proceso se puede tomar el siguiente ejemplo: una persona tiene sus uñas sucias, con polvo y residuos del esmalte anterior.  Este individuo decide aplicar un esmalte para maquillarlas, pero sin antes limpiarlas… ¿Cómo quedan? Seguro que no se verán muy bien.

Esto mismo sucede con las estructuras en acero, su limpieza es fundamental para lograr un acabado impecable y lograr que el proceso de pintura sea el adecuado.

Ahora bien, se puede pensar en otra situación. ¿Qué pasa si se agrega pintura a una superficie extremadamente lisa? Probablemente al principio el resultado sea bonito y atractivo, sin embargo, no durará mucho y la pintura terminará cayéndose por tratarse de una base tan lisa y no tener una superficie que permita amarrar mecánicamente.

Es en este punto donde la rigurosidad se convierte en algo sumamente importante. Cuando la granalla es lanzada con tanta presión crea unos picos y valles diminutos sobre el acero. Dichos picos y valles son los que crearán después el anclaje ideal para la pintura. Esto garantiza que el material se pueda proteger de la corrosión de manera efectiva. Del mismo modo también ayuda a que perdure intacto por mucho tiempo gracias a su perfil de agarre.

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Es importante destacar que tanto el proceso de limpieza como de rugosidad dependen de la forma, energía y dureza de la granalla. Por esto es fundamental saber cuál es el objetivo para cada pieza. Esto permite regular el sistema de granallado en la máquina Kaltenbach.

En Doblamos contamos con una de las dos máquinas Kaltenbach que se encuentran en la ciudad de Medellín. Trabajamos con un sistema automático de limpieza con granalla que cumple los más altos requerimientos de norma SSPC y NACE, respetando el medio ambiente. Este proceso mejora la adherencia de la pintura, ofrece mayor calidad de la soldadura y da un excelente acabado. 

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